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EPRODUCCIÓN DE VÍDEOS DE "EL OTRO LADO"

LISTA DE REPRODUCCIÓN DE VÍDEOS DE "UNA PALABRA EQUIVOCADA"

LISTA DE REPRODUCCIÓN DE "EL SOL DE LA TARDE"

viernes, 29 de enero de 2010

EL OTRO LADO, 2ª PARTE "VERSIÓN ESCRITA" I Y II" (VÍDEO TERCERO)







Versión Escrita




Dalí, Estudio para el telón escénico del ballet Tristán e Isolda




I




“Desbautizar el mundo,


sacrificar el nombre de las cosas


para ganar su presencia.”


Roberto Juarroz: 



“SEXTA POESÍA VERTICAL, 1975, 40 (para Roger Munier)” 







¿Y para qué someterse de nuevo a su versión escrita desfigurada hecha de extremos y circunvalaciones confundiendo, induciendo, poniendo, gestando allá o allá? ¿Por qué no ir sin más a describirlo, citarlo, atestiguarlo, hasta tal punto dicho que obligue a cerrar los ojos queriéndolo no ver, tocar, no ver?


¿Acaso es la palabra verdad porque es verbo, adjetivo, columna, porque es espacio, signo, necesario inventar, porque no es, sí es, es adverbio? Es tiempo cuando la guerra, cuando afuera, cuando reconociendo las medidas, los alimentos, las cajas, los rincones, son prueba, señal de que hubo humo, yendo y viniendo a comprobar, contrarrestar, a demostrar, atentando, infringiendo.


Algunas veces una pierna se quiere ir a dormir y enlentece, se cierra, se calla.


Cierro los ojos: tarda al pasar por el pasillo, apenas aparece el café, el pensamiento, el desayuno, en la mitad de los libros se pierde. Lleva en el brazo un cortaplumas, he contado tres gotas, en su cara hay un gesto que no tiene emoción, gesticula, lleva la mano hacia el bolsillo, ya no avanza, hormigas en los ojos.


Se va despacio ejecutando un compás con su equilibrio, una parte le cede a la otra parte celeridad.


Cierro los dedos, se enlentece el cuadrado del pasillo donde las hojas.


En su versión de tinta las palabras se pelean con él, atraviesa el pasillo sin café, guarda distancia, duerme.

En la rampa la luz enceguece, le hago nítidamente desaparecer, siente.

En su versión de humo entra en la página hecho de astillas, se desabrocha la camisa, alza los brazos, los remos, los pies, mueve las manos, de papel.


Otras veces despierta y la voz le devuelve densidad, sujeto firme a su centro atraviesa mi pecho, podría saltar el cerco en el que se desenvuelve manipulando mi reloj. Luego arrastro los ojos, le sigo al ascender: primero un pie, luego el otro, saca un bolígrafo de la camisa y anota una oración: ¡todo el silencio!.



Agacha la cabeza buscándose las manos que ya le desconocen, ¡hace ya tanto tiempo que comenzó a dudar!




II




Dalí, Estudio para el telón de fondo de Tristán loco





Ahora que tiene un cuerpo, le tengo que inventar para que no le desbaraten las palabras. Ahora que tiene palabras le tengo que dar brazos para que cruce por el pasillo. Ahora que tiene piernas le tengo que escribir para poderlo ir a llamar.


Ahora que eres silencio tengo que estar en el silencio para poderte escuchar. Ahora que tienes cueva tengo que fabricar la cueva para que entremos a una casa. Ahora que se ha apagado el fuego pido el fuego.

















miércoles, 20 de enero de 2010

EL OTRO LADO, PRIMERA PARTE (DOS) "DESORGANIZACIÓN" VIDEO SEGUNDO







foto




Desorganización



II





“Recoger la forma interior,
la que empieza en los mismos puntos que la otra
pero se vuelca luego
como un cántaro hacia su propia sed.

Recoger la única forma que podría recogernos
y borrarnos la otra,
la que se equivocó hacia afuera.

Recogerla en su invertida fuente,
en su explosión invertida,
en su gesto de intensidad tan íntima
que podría crear el otro lado.”


Roberto Juarroz:


“TERCERA POESÍA VERTICAL 1963, POEMAS DE UNIDAD, 5”




Chagall






Pasa por el pasillo y le hago atarse los cordones, vestirse un pantalón, haber planchado una camisa, lleva un peine apuntando hacia el pelo de nácar, tiene unos labios porque a veces las voces hablan y hay entonces más hojas que las que están en el cuadrado del pasillo por donde pasa él o son mis pensamientos como sombras que se solidifican.

Es preciso que le contenga un lugar, que no tropiece con la esquina.

Consulta su reloj, se defiende de aquello que dijo, echa a rodar, primero un pie, luego el otro, es caliente el impulso con el que asciende los peldaños, un trocito de tinta amarilla se vuelca en el papel y abre cierra los ojos, se puede ver: lo veo. Abandona los libros, se le caen, rueda las escaleras y llega aquí donde es el otro lado.
















EL OTRO LADO, 1ª PARTE (UNO) "DESORGANIZACIÓN I" (VÍDEO PRIMERO)






EL OTRO LADO




21 de diciembre 2009, carretera y copos






DESORGANIZACIÓN




I




“Recoger la forma interior,
la que empieza en los mismos puntos que la otra
pero se vuelca luego
como un cántaro hacia su propia sed.

Recoger la única forma que podría recogernos
y borrarnos la otra,
la que se equivocó hacia afuera.

Recogerla en su invertida fuente,
en su explosión invertida,
en su gesto de intensidad tan íntima
que podría crear el otro lado.”


Roberto Juarroz:
“TERCERA POESÍA VERTICAL 1963, POEMAS DE UNIDAD, 5”







La densa lluvia de la mañana del 17 de Agosto traía una promesa de corporeidad a pesar de las dentadas aristas del papel, un nombre propio consolidado por la exageración de los efluvios, las evanescencias, las somnolencias, las emergencias, en fin: las dolencias. Puesto el mundo a nadar: inatrapable, inservible, altivo, lejano, irreal... la lluvia, durante algunos minutos, había hecho esa promesa.



Los archivos repletos de palabras no eran los soldaditos de plomo que hubieran querido ser allá en la escena familiar de las edades; completos e indolentes a base de definiciones, no se dejaban acompañar, la versatilidad de los dedos, hería. El agua atada a los párpados entraba en los renglones, en ellos buscaba su forma y su justificación, cientos, miles de letras que primero atraían y después ofendían, se atropellaban por pertenecer a la renovadora lluvia.



¿Cómo escapar del artilugio de la ficción? ¿Con cuáles y con cuántas de ellas saltar a defenderse, a comprobar su estar aquí, allí, o allí sin que fuera tan lejos que nada más está porque lo dice la palabra? También después de haber contado los pequeños asuntos cotidianos, con datos y señales el color, el olor, el tacto, los acontecimientos que cómo enumerar si no asistieron los testigos. Después, después, después competir con los tomos escritos que le olvidan y entonces sólo queda empuñar el renglón, leer de nuevo el número, el color, apellido, de qué manera caminaba así observado por la espalda desde el folio dentado tomado por catalejo. De tal manera ofende, que hace cesar la lluvia y describo una pira.



Otras veces, la realidad del cuerpo se le desorganiza y es todo humo, escribo: humo... y entra en desorganización indecible y no puedo contar los soldaditos de cristal que han desaparecido, no puedo describir la escena familiar que sí había estado y entonces se ve obligado a traerse y vivir en su mitad, sí, a contraerse en su vida para poder vivir en mí.